jueves, 25 de mayo de 2017

Sangre, sudor y sangre

Terry Butcher
Todos los deportes, y el fútbol no iba a ser menos, son susceptibles de causar daños o lesiones a quienes lo practican. Hay lesiones que suelen ser más frecuentes en ciertos deportes o que aparecen con los años tras la práctica continuada. Casi nadie está a salvo.
El fútbol, como hablaba en anteriores entradas, se lleva la palma en cuanto a la teatralidad de sus jugadores. A nadie le extraña en absoluto ver a un futbolista retorcerse de dolor en el suelo tras el roce con un rival. Hay infinidad de vídeos por la red en las que pueden verse miles de ejemplos de teatro, de jugadores pillados "in fraganti" sin siquiera haber tenido contacto más que con el aire, retorcerse en el suelo y reclamar justicia para su supuesto verdugo. 
Uno de los mayores problemas de este espectáculo es que incluso con la tecnología actual es difícil saber cuando un jugador finge o cuando le acaban de levantar por los aires de verdad. De ahí que muchos árbitros reclamen el llamado VAR (Videoarbitraje) para salir de dudas en ciertas jugadas durante el partido, siendo las entradas fuertes una de ellas. 
Porque, y debemos ser sinceros, pocas veces hemos podido ver a un futbolista recibir una entrada o golpe por parte del rival y levantarse del suelo sin más, sin pedir justicia. Pocas veces, si, pero para bien o para mal, han habido casos. Uno de los más famosos es el que ocurrió el 6 de septiembre de 1989 en Estocolmo, Suecia. Aquél día Suecia recibía a Inglaterra en un partido clasificatorio para el Mundial de Fútbol de Italia '90. En la defensa del equipo visitante jugaba Terry Butcher (aquel al que Maradona tuvo de testigo en el famoso partido de la Mano de Dios y del Gol del Siglo) quien, al principio del encuentro, se hizo una brecha en la cabeza por la que comenzó a sangrar abundantemente. Atendido por los médicos de su equipo, Butcher siguió jugando durante los noventa minutos con la cabeza vendada. Pese al aparatoso vendaje, la sangre continuó saliendo hasta convertir su camiseta (bueno, todo su ser) en algo digno de una película de terror. El propio futbolista no dudaba en utilizar su cabeza para ir a por el balón. Al bueno de Terry no se le oyó queja alguna durante ni después del partido. ¿Se imagina ver una escena parecida hoy en día? Está claro, ningún futbolista puede, actualmente por cuestiones sanitarias, jugar ensangrentado. Pero incluso si se pudiese, nadie lo haría. Preferirían el teatro a lo que hizo Terry Butcher. Eso le costó sangre, sudor...y más sangre.

Tranquilo, lector, lo que hay en la ilustración no es sangre de verdad. Son manchas rojas hechas con pinceles en Adobe Photoshop tras haber acabado la ilustración. La ilustración fue hecha a portaminas y tinta, escaneada y trabajada en Adobe Illustrator.

jueves, 18 de mayo de 2017

¡Che, Pibe!

Carlos Valderrama
Los futboleros de mi generación saben de lo que hablo. No habían tantos partidos televisados ni tanto circo alrededor de éste hermoso deporte, de tal forma que era fácil identificar a tu jugador preferido cuando veías un partido por la tele. Si además era un tipo con talento y estilo era aún más fácil. Y si tenía algún rasgo físico destacable más todavía. 
Todo esto era lo que tenía Carlos "El Pibe" Valderrama. Jugaba que daba gusto verle y tenía (tiene, que doy fe de ello) una tupida melena rubia que le hacía visible desde la puerta de tu casa. Reconozco que en mi tierna infancia no pensaba que llevaba el pelo tintado, ni siquiera cuando veía su negro mostacho. ¡Serían los genes, que se yo!
Valderrama fue, para su época, un trotamundos del fútbol. Pasó por varios equipos colombianos y dio el salto a la MLS de EEUU después de haber jugado en Europa (Valladolid, tocada de huevos por parte de Míchel incluida, y Montpellier). En los EEUU está considerado uno de los mejores futbolistas que pasaron por aquella liga, ¡y mira que han pasado muy buenos jugadores por allí. 
En su selección marcó una época, con un equipazo dirigido por Pacho Maturana y jugando junto a monstruos de la talla de Leonel Álvarez, el Tino Asprilla o René Higuita. Aquella selección será recordada por haberse paseado en las eliminatorias al Mundial de EEUU '94 con un recordado 0-5 a la todopoderosa selección de Argentina en el mismísimo estadio Monumental de Buenos Aires. Aquel equipo fue de los que enamoraron a propios y extraños, jugaban un fútbol vistoso y divertido. Valderrama era el director de la orquesta en el centro del campo y el resto jugaba. Era un placer para la vista de cualquier futbolero. Eso y más era El Pibe.

Ilustración realizada con portaminas Staedler, entintada con Faber-Castell y escaneada. El perfilado de las líneas y el coloreado fueron hechos con Adobe Illustrator. El balón es un vector de un banco de imágenes. Para darle más volumen al pelo de Valderrama utilicé una muestra de textura de Illustrator.

jueves, 11 de mayo de 2017

Ser profeta en tu tierra

Iago Aspas
Esta semana es muy importante en la de los más de 90 años del Celta de Vigo. Uno de los históricos de La Liga vio recompensada una de sus tantas buenas temporadas en primera con una aventura europea. El destino quiso que en las semifinales se encontrase con el Manchester United de Mourinho y ya en la ida le dejase con un pie fuera de la Europa League. Como hasta el pitido final no hay nada seguro, confío en el club gallego para dar vuelta la eliminatoria y hacer más historia. 
Mientras llega ese momento, hoy hablo de Iago Aspas. El delantero, gallego de Pontevedra, es una de las figuras del Celta, un equipo que Eduardo Berizzo ha sabido hacer fuerte a base de una buena plantilla y sin estrellas mediáticas. Mucho trabajo y fútbol ofensivo. Iago no es un grandísimo goleador ni es un mago de las asistencias pero es de esos jugadores que quieres tener si o si en tu equipo. Garra, entrega y carácter.
Tanto es así que cuando comenzó a destacar en Vigo, llegó el Liverpool para hacerse con él. La Premier League tiró de talonario para hacerse con una de las sensaciones de La Liga. Parecía una apuesta segura. El gallego fue rumbo a la cuna de los Beatles pero la cosa no fue como él lo habría esperado. Pocos partidos jugados y sin goles en su haber, hicieron de Aspas un juguete roto en medio de tantas estrellas. 
Regresó a España porque era su lugar, donde se encontraba más a gusto y donde podía mostrar todo su potencial. Era su lugar y su momento. Pero no su equipo. El Sevilla fue su destino pero tampoco se encontró cómodo pese a hacer una buena temporada (no podía empeorar lo de Inglaterra). 
El profeta quería regresar a su tierra. Galicia es su lugar, su zona de confort y donde da lo mejor de si en una cancha. Iago Aspas es un referente del equipo, de esos nombres que, aún sin saber la alineación de memoria, sabes que está, que juega siempre que puede. 
Aspas juega en uno de los mal llamados "equipos pequeños" de La Liga pero es un gran jugador, de los que hará historia cuando cuelgue los botines. Quien sabe si quizás de los que haga historia en Europa, el destino da mil vueltas. Será recordado por ser un profeta en su tierra. 

Esta ilustración la hice con lápiz y tinta. Escaneada y trabajada en Adobe Illustrator, la coloreé y sombreé con el mismo programa. El color rojo de debajo de su camiseta celtiña hace un guiño a su paso por Liverpool, así como las letras que acompañan el dibujo, hechas también con Illustrator.

jueves, 4 de mayo de 2017

Coños o sandías

David Barral


Las redes sociales son, desde hace unos años, el canal directo de muchos futbolistas con sus aficionados. Antes de existir estas redes, la relación de los deportistas con sus seguidores era a base de ruedas de prensa o entrevistas en donde la información que se daba estaba (y lo sigue estando) muy estandarizada y controlada. ¿A quien no le suenan frases como "el fútbol es así", "somos once contra once" o "va a ser un partido difícil"? El futbolista responde todo de una manera políticamente correcta, salvo algún que otro arrebato delante de los micrófonos.
Ahora bien, la aparición de Twitter, Facebook o Instagram dio rienda suelta a la información directa y en tiempo real. El futbolista ya no tiene que esperar a la rueda de prensa o a que se publique su entrevista. Ahora el que manda es él. Puede decir y hacer lo que le de la gana con su móvil.
Hay futbolistas muy aficionados a lanzar mensajes a través de estas redes. Gerard Piqué, Iker Casillas o, el personaje de hoy, David Barral han tenido varios minutos de fama fuera de las canchas por haber publicado declaraciones o imágenes con algo de polémica. Y parece que la cosa va para largo.
Famoso es un tweet de Barral durante aquel caluroso verano de 2014. El tweet, de manera literal dice así:
"Ojú, hace tanta calor, que si me dieran a elegir entre comerme un coño o una sandía bien fresquita, me comía un coño, pa que te voy a mentir."
La ilustración, inspirada en una foto publicada por el mismo futbolista, es toda una poesía acompañada de esa declaración. El tweet fue noticia en todos los medios y demostró que las redes sociales son un poderoso canal de comunicación entre futbolistas y seguidores. El futbolista puede decir lo que quiera y cuando quiera de manera directa, a pelo. ¿Alguien se imaginaba a David Barral en rueda de prensa soltando semejante bomba? Quien sabe, conociendo a David, cualquier cosa hubiera sido posible. Quizás se hubiese comida la sandía delante de todos. ¿O no?

La ilustración está hecha con acuarelas para el fondo de color, la cabeza, la camiseta y la famosa sandía que lleva en la mano. El pelo y las cejas los hice con rotulador negro así como los detalles de la cara y manos. El sombreado también lo hice con rotuladores. En Adobe Photoshop ajusté el tono de los colores.