Sábado noche. Ganas de fiesta. Te has arreglado con tus mejores ropas, el perfume te delata y ese pelo está increíble. Directo al local de moda, a pasarlo bien y a darlo todo. Entras al garito y en la barra te encuentras a unos tipos un tanto peculiares. Difíciles de ver (no quiero llamarles feos por no ofender a nadie). Lo habitual es ir hacia el otro lado y eso es lo que haces. Los pobres tipos se quedan despagados y con la moral minada. La noche se acaba tal como comenzó para estos chicos. Pero, en un mundo paralelo, estos hombres se comen el mundo. Son futbolistas, las nuevas estrellas del rock. Di María, Mesut Özil, Ronaldinho, Zlatan Ibrahimovic y Carlitos Tévez no tienen tiempo ni de llegar a la barra del pub. Son abordados por chicas que, probablemente, al ser preguntadas por lo que les enamoró del futbolista en cuestión hablen de cosas como la personalidad, la simpatía o vaya uno a saber que otras milongas. En la ilustración de ésta semana, Mariana Nannis (mujer de Claudio Caniggia) ilustra el artículo como ejemplo de mujer que aprovechó la condición de estrella de su marido para darse a conocer sin hacer nada (o nada destacable más que salir en prensa rosa). ¿Puta y lista? Mujer de futbolista.
