jueves, 27 de octubre de 2016

Marcando territorio

Leandro Machado
Leandro Machado fue un (a mi gusto) gran delantero con un fugaz paso por el Valencia. Solo defendió la casaca Che durante la temporada 1996/97 pero fue suficiente tiempo para dejar huella en el club. Solo marcó 8 goles con el equipo valencianista pero uno de ellos fue más que especial. 
En plenas Fallas, las fiestas mayores de Valencia, el equipo jugaba en el Vicente Calderón contra el Atlético de Madrid. 
El Frente Atlético, el mayor grupo de animación de la hinchada rojiblanca, no dejaba de animar a su equipo a la vez que la tomaba con el delantero brasileño. Con el partido 1-3 a favor de los visitantes, Leandro consiguió marcar el cuarto y definitivo tanto a favor del Valencia y fue cuando decidió devolver el "favor" a la hinchada atlética. Ni corto ni perezoso, para celebrar el gol se dirigió detrás de la portería, se puso a cuatro patas y simuló una meada como si fuese un perro. La duración de tan bochornosa celebración fue muy breve, quizás porque ningún compañero se acercó a celebrarlo con él, quizás por la lluvia de objetos que le caían desde la grada. 
En cualquier caso, la anécdota quedó en eso, una "curiosa" anécdota que quizás en La Liga actual le hubiese costado una más que segura sanción (y un tirón de orejas del todopoderoso Tebas). 
Leandro quiso marcar territorio y salió con el rabo entre las piernas. 


Esta ilustración, realizada hace ya un tiempo, la hice con tinta y rotuladores Kuretake Zig. El dibujo lo comencé con portaminas Staedler antes de perfilarlo y colorearlo. El césped aunque lo coloreé con los rotuladores tuve en mente darle color digital, con Adobe Photoshop. El retoque final del trabajo si que fue con Adobe Photoshop para realzar el color.

jueves, 20 de octubre de 2016

La fe mueve montañas (y millones)

Kaká

Siempre se ha dicho que las personas necesitamos creer en algo. Algo que nos haga creer en el más allá, en una fuerza todopoderosa o en un Dios omnipresente. 
La religión (por dar un nombre a esa creencia) ha sido, es y será el opio del pueblo. Una manera de controlar a la gente y de hacerles sumisos y obedientes. Ya desde tiempos inmemoriales la gente temía la ira de los dioses ante comportamientos inadecuados (para quien dictaba las reglas) o el pecado. Algo que con el tiempo no ha cambiado mucho, pese a que cada vez más la gente puede acceder a más y mejor información y puntos de vista contrastados sobre muchos temas, siendo la religión uno de ellos. 
Un colectivo muy tocado por la religión parece ser, precisamente, el de los futbolistas. Jugadores que mientras se aferran a su Ferrari, abrazan la medalla de tal o cual virgen, o que mientras se pegan fiestones con modelos despampanantes se santiguan al saltar al terreno de juego. Así de hipócrita se puede ser, diablo y santo al mismo tiempo (me recuerda al vídeo del Festival Erótico de Barcelona del que tanto se habla en estos días). 
Kaká, el talentoso futbolista brasileño que ahora gana dólares juega en la competitiva liga de fútbol de EEUU, es un ejemplo de ello. El tipo juega muy bien y cada vez que marca un gol enseña al mundo entero su camiseta de "I belong to Jesus" mientras señala el cielo con sus deditos, al igual que muchos otros deportistas profesionales. Su mujer llegó a decir que "Dios colocó el dinero (65 millones de euros) en el Real Madrid" para que pudiese fichar a su marido. Así de sencillo. Y claro, nuestro personaje de la semana tenía que redimirse con su famosa camiseta en cada ocasión que se le presentase. Millones y religión demuestran así que no tienen porque estar reñidos.
La fe mueve montañas (y millones).

Para realizar la ilustración de Kaká me basé en una fotografía del jugador. Hecha íntegramente a lápiz (mi habitual portaminas), entinté todo el dibujo e hice las letras de su camiseta menos la palabra "Jesus". Para colorear utilicé rotuladores Deleter Neopiko. Tras escanear y retocar la ilustración, en Adobe Photoshop añadí una antigua ilustración del personaje Borat en la camiseta del futbolista.

jueves, 13 de octubre de 2016

La soledad del portero

Ernesto Mena

Siempre me he sentido identificado con los porteros de fútbol. Además, siempre que jugaba de niño me pedía ser portero. Aún recuerdo unos guantes Reusch de Nery Pumpido que me regalaron y que utilizaba como talismán en mis partidos. Me gustaba ser portero y creo que se me daba bien porque incluso me elegían para serlo. Cuando alguna vez intenté ser otra cosa en el campo me ganaba los abucheos de compañeros y adversarios. 
Los porteros son tipos vulnerables que se juegan ser héroes o villanos en cuestión de segundos. Un delantero falla un gol y muy clara tenía que ser la ocasión para que se le recrimine. En cambio el portero es frágil, es el último obstáculo antes del gol. Una estirada tarde, un despeje de puños a donde no tocaba o comerse un amago del delantero y el portero es crucificado. Es así y nadie puede negar eso. Como tampoco puede negarse que un penalty parado o una estirada a mano cambiada ante el misil que va directo a la portería puede elevarle a los altares del deporte rey. 
Además, una de las cosas que me gustan de los porteros es que suelen jugar hasta muy mayores. No es raro ver porteros que pasan los 40 años y siguen dando guerra bajo los palos. Como Ernesto Mena, un portero del ascenso argentino (las categorías inferiores) que recuerdo ver en las páginas de la desaparecida revista "Súper Fútbol", una antigua publicación mensual de Argentina. Con mi hermano siempre nos reímos al recordar esas páginas, porque el cronista decía de él algo así como "tiene 40 años y un gran futuro por delante". Desconozco que fue del portero, pero el gran futuro no fue jugar en un grande, por lo que pude saber. 
Así es la soledad del portero.
HerrRalf.es



Este dibujo está hecho íntegramente con tinta y rotuladores. Como viene siendo habitual, realizo el dibujo a lápiz y lo entinto para luego borrar los restos de lápiz. Para colorear utilicé rotuladores Letraset Promarker y Kuretake Zig. Una vez hecho lo escaneé y retoqué los colores con Adobe Photoshop para realzarlos.

jueves, 6 de octubre de 2016

¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado

Luis Suárez
Esta semana en el blog hablamos de Luis Suárez, delantero uruguayo del Barcelona. El pistolero llegó al club catalán hace 2 años para hacerse un hueco en el once de gala del equipo. 
Tipo con fama muy justificada de polémico y luchador. Más allá de inflarse a hacer goles en todos los equipos por los que pasó (Nacional, Groningen, Ajax, Liverpool y Barcelona, además de la selección uruguaya) otros hechos hablan mucho más de él.
Remarco lo de polémico porque han sido varios los hechos (no se si decir aislados) por los que fue noticia. Por destacar algunas, un mordisco a un rival del PSV holandés siendo él jugador ajacied, otro mordisco jugando para el Liverpool contra un defensa del Chelsea, un mordisco más jugando con su selección a Chiellini en el mundial de Brasil, un comentario racista al defensa del Manchester United Patrick Evra jugando para el Liverpool y una famosa mano (con expulsión incluida) contra Ghana en el mundial de Sudáfrica. 
Una carta de presentación que dice mucho del uruguayo. De todas maneras el Barça apostó fuerte por Suárez a sabiendas de su comportamiento (según tengo entendido hay un equipo de psicólogos intentando pulir el comportamiento del charrúa) y de momento la jugada no le ha salido mal. El tridente que forma con Neymar y Messi se ha convertido en uno de los mas temidos en el mundo entero. 
Esperemos que siga muchos años más y que solo tengamos que hablar de Luis por los golazos que marca. 
¡Bang! ¡Bang! Estás liquidado...


La ilustración de Luis Suárez fue hecha a lápiz (habitualmente utilizo un portaminas 0'5mm de la marca Staedler). Como hago con otras ilustraciones, la entinté con Faber-Castell Pitt artist pen S y XS para luego borrar el lápiz. Tras escanear la ilustración la trabajé en Adobe Illustrator para darle color y algún retoque en las líneas. Las letras están hechas también con el mismo programa.