jueves, 27 de julio de 2017

¿Viejo, yo?

El deporte, visto a nivel profesional, es cada vez más exigente y competitivo. Queremos que los futbolistas corran como gacelas durante los noventa minutos. Necesitamos ver a máquinas yendo al 100% de su capacidad todo el rato. Llegados a este punto, a mucha gente le da igual lo habilidoso o inteligente que pueda llegar a ser el deportista. Solo importa lo físico, el resto es secundario. 
Esta tendencia ha sido (y es) la mayoritaria durante mucho tiempo hasta que comenzamos a darnos cuenta de que no todo era como creíamos que era. Me explico. ¿Como puede ser que deportistas como Roger Federer, Pau Gasol, Francesco Totti y muchos más sigan, no solo compitiendo, sino haciéndolo a un muy alto nivel? Según la lógica aplastante de muchos "forofos", esta gente debería estar cuidando plantas en el jardín de su casa y no dando guerra. Quizás la experiencia, la propia constitución del deportista así como el cuidado de su físico tengan algo que ver. También tiene mucha importancia la ciencia y la medicina deportiva, que han avanzado mucho a raíz de la rápida profesionalización de muchos deportes. 
No creamos que el deportista tiene fecha de caducidad, simplemente deja de competir a cierto nivel, deja de parecerle interesante el pelear por todo anteponiendo el físico a otros factores. La experiencia es un grado que a veces no se valora en el deporte ultra profesional de hoy en día. ¿Porque nos extraña ver a Buffon de titular en la final de la última Champions? ¿Que hacía Carboni jugándolo todo en aquel Valencia del doblete? ¿Porque Roger Federer sigue peleando todos los títulos que juega? Quizás los más veteranos recuerden el mundial de Italia en 1990. En el partido inaugural, Argentina perdió contra Camerún y a todos se nos quedó cara de tonto (además de por el resultado) cuando casi al final del partido entró un suplente camerunés de 38 años. Roger Milla no solo jugó varios partidos de ese Mundial, sino que marcó 4 goles. Por si fuera poco, 4 años más tarde jugó otro campeonato del mundo, en EEUU con...¡42 años! ¿Viejo, yo?

La ilustración de Roger Milla está tomada de una imagen suya celebrando un gol en el Mundial de Italia '90. Dibujo hecho a lápiz con portaminas Staedler y tinta Faber-Castell. Escaneado, y sombreado y coloreado con Adobe Illustrator.

jueves, 20 de julio de 2017

Der Afro

Paul Breitner
No me gusta el fútbol. Son 22 gilipollas corriendo a lo loco detrás de un balón. Son unos brutos con dinero que no saben hacer la O con un canuto. ¿Le suenan alguna de esas frases? Yo me he cansado de escucharlas, incluso en boca de algún auto proclamado futbolero. Y se podría contestar, ante tales afirmaciones, que si, que la mayoría son unos descerebrados sin otra preocupación que seguir jugando para ganar más y más dinero para gastarlo en coches, tatuajes y viajes a Ibiza. Es difícil, por no decir casi imposible, encontrar a futbolistas con conciencia social, con ganas de cambiar el mundo en el que vivimos desde su posición privilegiada. Son muy pocos los que quieren complicarse la vida cuestionando lo establecido y siendo críticos. Pero, como las meigas, haberlas haylas. 
Un ejemplo es el de Paul Breitner. El ex-futbolista alemán (reconvertido en dirigente del todopoderoso Bayern de Múnich) tuvo su etapa rebelde. Se declaró abiertamente de izquierdas y tenía
el Libro Rojo de Mao como libro de cabecera. Estamos hablando de la década de los 70 del siglo pasado, en un contexto de Guerra Fría y muchos cambios en un mundo muy convulso. Der Afro, como era conocido por su melena rubia, se negó a participar en el Mundial de Argentina en 1978 como repulsa a la dictadura militar. También tuvo sus más y sus menos con compañeros de equipo que veían en él a un tipo demasiado polémico al declarar de una forma tan abierta su ideología. El propio Paul fichó por el Real Madrid cuando Franco estaba vivo y colaboró económicamente con unos obreros en huelga, todo un desafío para las autoridades (no solo de esa época, hoy en día también sería una bomba).
Con el paso del tiempo Breitner llegó a suavizar su discurso, tan radical en su juventud, quizás viendo las cosas desde otra óptica con el paso del tiempo. Tanto lo suavizó que actualmente forma parte de la directiva del Bayern de Múnich, equipo que le vio nacer como futbolista.
La gente cambia, las cosas cambian, pero estar comprometido e implicado en mejorar la sociedad que te rodea, aunque solo sea durante un tiempo, es algo difícil de ver entre los futbolistas profesionales. Incluso en cualquier otro ámbito de la sociedad. Así era Der Afro.

Para la ilustración de Breitner me basé en una de sus fotografías más conocidas. La hice con portaminas Staedler para luego entintarla con Faber-Castell. Con Adobe Illustrator le dí volumen a los trazos y color a la cabeza, así como un poco de sombreado. Para resaltar el pelo apliqué una textura de Illustrator.

jueves, 13 de julio de 2017

El fútbol no es justo

Santiago Cañizares
El fútbol está lleno de tópicos que los futboleros solemos creer y aceptar como dogmas. Muchos de ellos son incuestionables y se repiten como mantras. Ejemplos hay muchísimos: Lo que pasa en la cancha se queda en la cancha, No se puede jugar siempre bien y ganar, Si mi equipo sale con cuatro delanteros gana seguro, Los italianos juegan siempre a la defensiva, etc... Y hay uno que me gusta especialmente y dice que el fútbol siempre da revancha. Y hoy en la entrada del blog afirmo rotundamente que eso no es cierto. El fútbol, como la vida, no es siempre justo ni tiene porque serlo. No siempre ganan los mejores ni el que más ha tirado a portería. El premio al mejor jugador no siempre se lo lleva el que más se lo merece. Es así de duro pero cierto. Incluso si usted es hincha de un equipo "grande", sabe de lo que estoy hablando. ¿O no se ha marchado nunca cabreado a casa porque su equipo "bailó" al rival y sin embargo no se llevó el partido? ¿Cuantos goles cantados falló el mejor delantero del mundo? ¿Acaso el porterazo de tu equipo no podía impedir ese gol?
Hay días tristemente señalados en la historia de cualquier equipo de fútbol. Días injustos. El 23 de mayo de 2001 es uno de esos días negros para el Valencia. Maldita sea esa noche de Milán. El equipo che venía de firmar una Champions League envidiable, dejando en la cuneta a equipos como el Olympique de Lyon, el Olympiacos de Grecia, Manchester United y Arsenal. Se llegaba a una final soñada tras el batacazo de la final ante el Real Madrid del año anterior, aquel famoso 3 a 0. El fútbol se suponía que iba a ser justo y a dar revancha al Valencia, que por aquellos años tenía una de sus épocas doradas. En esta final se enfrentaba al Bayern de Múnich, que siempre ha tenido auténticos equipazos. Pero el Valencia llegaba con talentos como Ayala, Carboni, Mendieta o el portero Santiago Cañizares. La final estaba, a priori, muy igualada pero el equipo español llegaba con ese extra de motivación por su segunda final consecutiva. Nadie se atrevía a reconocerlo abiertamente, pero se intuía la primera "orejona" en las vitrinas de Mestalla. 
El fútbol no es justo. De haberlo sido aquella maldita noche, el Valencia habría barrido al equipo alemán durante los minutos en los que lo tuvo arrinconado. O en el peor de los casos, la fatídica tanda de penaltis habría sido perfecta convirtiendo a Cañizares en el héroe de la noche. Pero nada de eso ocurrió aquel maldito día de 2001. El fútbol no es justo, no.

Para la ilustración de Cañizares me base en la famosa foto de aquel día. La hice con portaminas Staedler y la repasé con tinta Faber-Castell. En Adobe Illustrator, tras el escaneo, le di color y grosor a las líneas así como un poco de sombra. La Copa de Europa está sacada de un banco de imágenes vectorial.

jueves, 6 de julio de 2017

Independence Day

Alexi Lalas
Estamos en una semana muy importante para los Estados Unidos, primera potencia mundial en muchos campos pero, de momento, no en el fútbol. El día 4 de julio se celebra el Día de la Independencia y es día de festejos y celebraciones en todo el país. Hasta los residentes en el extranjero encuentran hueco en sus agendas para celebrarlo. La industria del cine ya se ha encargado de grabar a fuego en nuestras mentes el mencionado día. Es por ello que hoy hacemos un repaso al estado del fútbol en el país norteamericano. 
Para hacerlo con alguien reconocido a nivel mundial (por lo menos entre los futboleros), he decidido ilustrar al genial Alexi Lalas. El de Michigan mamó el fútbol de pequeñito, influido quizás por su padre (griego), lo cual no le impidió probar con otros deportes. Lalas tiene talento también para el hockey. Como muchos otros niños, Alexi comenzó a dar patadas al balón de manera mas o menos formal en su colegio. Tuvo una carrera juvenil un tanto informal, ya que la Major League Soccer fue fundada a raíz del Mundial '94 y anteriormente el fútbol, pese a haber existido años antes otra liga profesional, era algo minoritario y más bien amateur. 
El caso es que Lalas consiguió ser parte de la selección anfitriona de la mano de Bora Milutinovic para ese Mundial. Fue uno de los mejores jugadores del equipo, lo que le valió una breve aventura por el fútbol europeo (Padova) y latinoamericano (Emelec). Tras ese paréntesis en su carrera, era de esperar que la nueva MLS contase con él para reforzar su imagen y Alexi pasó por las filas de varios equipos locales hasta retirarse en 2003. 
Como anécdota, destaca el hecho de que pese a llegar a ser futbolista gracias a jugar en su universidad (algo muy habitual en deportistas profesionales en los EEUU), Lalas no acabó su carrera, que había comenzado en 1988, hasta...¡2013! El paréntesis para formar parte del equipo nacional y desarrollar su carrera profesional duró 25 años. 
En la actualidad, el pelirrojo continúa analizando partidos para diversos medios de comunicación y no pierde comba con la música, ya que es un gran aficionado al rock. Incluso tuvo una banda durante su juventud.

La ilustración de Lalas es un montaje basado en una fotografía encontrada en la red. Está hecha a lápiz y tinta, escaneada y trabajada con Adobe Illustrator. La pose de santo es para darle el toque místico a la figura del futbolista.