viernes, 26 de febrero de 2016

#CuidadoConLoQueDices

Pierluigi Collina
"Puta Depor, puta Riazor" es lo que escribió en Twitter el futbolista Julio Rey en el año 2012 y que, años mas tarde, le impidió fichar por el Deportivo de La Coruña. Otros deportistas han tenido que verse obligados a rectificar o simplemente se han dado en las narices con alguna ocurrencia escrita e inmortalizada en la red meses (o años) atrás si saber los dolores de cabeza que les depararía en el futuro. Está claro, el "derecho al olvido" en la sociedad de la tecnología e información actual es prácticamente una utopía. Si lo escribes, quedará constancia en algún servidor de algún rincón del planeta. La realidad es que muchos deportistas mas o menos famosos generan polémica de manera continua (por ejemplo alguno que otro de David Barral o de Gerard Piqué) sabiendo que, además de incendiar internet, consiguen más visibilidad y publicidad. Pero el problema no lo tienen esos precisamente, que deben medir y calcular cada "hashtag" o entrada en sus redes sociales, sino los desconocidos, los anónimos. Así que antes de publicar algo en tu Facebook o Twitter, ten #CuidadoConLoQueDices.

viernes, 19 de febrero de 2016

Sin ofender

Nicolas Anelka
Jugar y callar. Aunque en entradas anteriores ya había tocado el tema, en ésta ocasión voy a tocarlo tema nuevamente desde otra óptica. Un tema que, de manera cíclica, vuelve a estar de moda. Es algo que me molesta y mucho. Queremos (bueno, quieren, porque no me incluyo) que los jugadores de fútbol sean como en el FIFA, que jueguen de maravilla, pero no tanto, porque si les da por hacer una filigrana, una rabona, un tacón, un penal "a lo Panenka" o lo que sea, ya están en el ojo del huracán. ¿Acaso el fútbol no es eso también? Me gustan los jugadores técnicos, que la pisan, que "gambetean", y si usted no disfruta viéndolo, no le gusta el fútbol. Otra cosa es que se lo hagan a tu equipo, que siempre jode y mucho. Como cuando éramos niños, que disfrutábamos con cada detalle que hacíamos pero que era motivo de pelea si nos lo hacían, ¿recuerdan?
Y si además de todo eso, al jugador profesional actual, le da por ser "la voz del pueblo" reivindicando justicia, parodiando o criticando, apaga y vámonos. ¿Que acaso un futbolista no puede solidarizarse con alguien, con una causa o saludar a su mamá con un mensaje en la camiseta si así lo desea? A fin de cuentas somos humanos. Los hay que dicen que es por no mezclar el fútbol con lo que le es ajeno. Pero esos mismos no utilizan la misma vara de medir si la empresa patrocinadora que luce su equipo en la camiseta vulnera derechos humanos, abusa de sus trabajadores o cometen delitos ecológicos, por poner ejemplos.
Que quieren que les diga, quiero mil veces ver a Anelka marcar un golazo y celebrar con una "quenelle". Eso es fútbol. Y el fútbol es la voz del pueblo. Sin ofender.

viernes, 12 de febrero de 2016

It must be love...

Laurent Blanc y Fabien Barthez
18 años pasaron del Mundial de Francia. Aquel torneo que ganó el equipo local contra la favorita Brasil. Dos equipazos frente a frente y las famosas convulsiones de Ronaldo (el bueno) antes de saltar al campo en la memoria de los hinchas. Muchas leyendas corrieron en torno a aquel suceso. Casi tantas como las que se crearon en torno a una escena que se veía justo antes de que Francia jugase sus partidos en aquel torneo. Laurent Blanc se acercaba cariñosamente al portero Fabien Barthez y le besaba la calva. Así, discretamente pero con amor. El porque de ésta cábala sigue siendo un misterio, porque ni el portero ni el defensa reconocen el origen de todo esto. Solo sabían que les traía suerte y que les entonaba antes de cada partido. Y tanto, porque llegaron a ganar el Mundial de Fútbol. No sería solo por esto pero algo haría. En estas fechas tan románticas valía la pena rescatar ésta romántica anécdota. It must be love...

viernes, 5 de febrero de 2016

Huevos en Mestalla

Guus Hiddink

Arnhem es una pequeña ciudad situada al sureste de Amsterdam, en Holanda. Durante la Segunda Guerra Mundial fue víctima de cruentos combates entre los soldados nazis y los aliados por el control de un punto estratégico en dicha ciudad. Como a muchas otras poblaciones, este tipo de situaciones, dejó una profunda huella que quedaría en la memoria de sus habitantes durante mucho tiempo. Guus Hiddink, cuya familia proviene de esa ciudad, es una de esas personas que quedaron marcada. Fue jugador de fútbol antes de entrenador (muy bueno, por cierto) y su vida siempre ha estado ligada a este deporte. Una de sus etapas como "míster" le llevó a los banquillos del Valencia Club de Fútbol. En el invierno de 1992 y a muchos kilómetros de Arnhem, Guus tuvo un feo "flashback" en Mestalla. En un partido contra el Albacete Balompie, unos ultras (unos descerebrados) decidieron colgar una bandera con una cruz esvástica en una de las alambradas del campo. Hiddink, según cuentan las crónicas de la época, fue tajante: hay que retirar ya esa bandera. Se negaba a jugar el partido con eso a la vista, exhibiéndose como un trofeo. "Yo estoy seguro de que los chicos no saben lo que representa para mucha gente ver un banderín con estos símbolos", dijo al diario El País en su momento. Guus fue valiente, tuvo lo que se llama en jerga futbolera "huevos". No podía soportar revivir algo así después de tanto tiempo y tan lejos de su casa. No en un estadio de fútbol. Gracias, Guus.